En Anoeta no le anularon ningún gol por fuera de esparcimiento y los dos que firmó fueron dos obras de arte, el primero sentando a Zubeldia y un misil cruzado y en el segundo engañando a Remiro: cuando parecía que se la iba a mandar por el palo prolongado, se https://henryw974rah1.thecomputerwiki.com/user